El nacionalismo
catalán es una corriente de pensamiento político articulado sobre el principio
de que Cataluña es una nación, con base en los
derechos históricos de la comunidad, a su historia, a su lengua,
y al derecho civil catalán. Entre algunos sectores el concepto de nación se extiende a todos los territorios de
habla catalana, los llamados Países Catalanes . Esta corriente política se conformó
ideológicamente en la primera década del siglo XX, como una variante del catalanismo,
surgido como movimiento cultural en la década de los años 1830,
y articulado como movimiento político en las últimas décadas del siglo XIX,
siguiendo los parámetros del nacionalismo.
Es una corriente de pensamiento transversal
que abarca tanto a partidos políticos y ciudadanos de izquierdas como de centro y de derechas.
Pueden
distinguirse básicamente dos corrientes en el nacionalismo catalán, en función
de la relación que los nacionalistas catalanes creen que debe tener Cataluña con el resto de España, y en función del
fin último de sus objetivos políticos.
Fue desde principios del siglo XX cuando
el nacionalismo catalán empezó a tener importancia política con la victoria electoral
en 1901 de la Lliga Regionalista, un partido nacionalista conservador. En 1906 el ejército asaltó la
redacción de un periódico de tendencia catalanista, lo que desató las iras de
todos los nacionalistas. Eso se tradujo en la
formación política Solidaridad Catalana, fruto de la colación de las dos partes del movimiento. En las elecciones de 1907 obtuvo 41 de los 44
escaños del congreso catalán. La Semana Trágica de Barcelona ocasionó la
disolución de Solidaridad.